Por: Karla Castillo

«El Coronavirus es un virus que vino para quedarse» (Alejandro Giammattei)
Considero que la respuesta al título de este artículo es más que obvia. Pues en efecto, no se está preparado para situaciones como estas. Esta es una Pandemia que históricamente a roto el récord en todos los sentidos y que nos ha desafiado a todos de muchas formas.
En Guatemala, han sido contadas las ocasiones en que se han tenido que suspender clases a nivel nacional y por un tiempo prolongado. Mi primer experiencia con una situación así fue en el 2009, cuando se suspendieron clases por la llegada de la Influenza A (H1N1), que fue precisamente declarada como una Pandemia, que en efecto no fue tan masiva como el Coronavirus, pero nos alertó y la medida que se tomó fue suspender clases por un mes. De esta suspensión no recuerdo haber planificado, ni haber enviado guías a casa, tal vez porque la suspensión fue cerca de las vacaciones de medio año. Así que disfrutamos de ese mes, literal como unas largas vacaciones en casa.
El desafío que enfrentamos los docentes con esta suspensión de clases en pleno Siglo XXI, es que aunque tenemos de apoyo la tecnología, realmente desconocíamos en su totalidad como implementarla en una educación a distancia. En Docentes en Línea Guatemala, nos tomamos la libertad de encuestar algunos de nuestros seguidores en Facebook, queríamos saber lo que realmente fue un desafío para ellos en esta Pandemia. Realizamos una encuesta de 5 preguntas sencillas y 25 docentes accedieron contestarla. Obtuvimos los siguientes resultados:
Nuestra primer pregunta sobre si estaban preparados para dar clases a distancia; un 60% expresó que no, pues es obvio, nadie veía venir algo tan grande como lo que estamos viviendo. Aun así, hubo un docente que nos expresó que ya tiene tiempo de dar clases en línea, por lo que fue fácil adecuarse a esta emergencia.
En la segunda pregunta sobre si han tenido que capacitar algún padre de familia, un 80% expresó que no, pero esta respuesta genera varias interpretaciones; pues puede ser que las plataformas virtuales son fáciles de usar, que el alumno realmente pudo resolver las guías en casa solo, que el docente fue claro con las instrucciones de trabajo, o que el padre de familia estuvo ausente en estos casos y realmente delegó la responsabilidad al alumno. ¿Casualidad o pura coincidencia?

En la tercer pregunta, que nos resuelve una de las interrogantes de la segunda pregunta. ¿Los alumnos fueron autodidactas en resolver en línea sus inquietudes? observen la gráfica siguiente. Si sumamos los porcentajes desde la casilla No. 5 hasta la No. 10, nos da un total de 76% que en realidad es bastante. Esto no solo refleja que los alumnos realmente están a la vanguardia de la tecnología y fueron autodidactas, sino también refleja que aun en línea, hay alumnos que necesitan acompañamiento, que los tipos de aprendizajes y resolución de problemas son temas importantes que resolver dentro y fuera del aula. Al final son competencias para la vida.

La cuarta pregunta fue la más sencilla de todas, pues solo queríamos saber las plataformas más utilizadas por los docentes. Evidentemente la plataforma de Classroom fue la más utilizada por los encuestados.
En la quita pregunta, que fue muy emotiva. Les pedimos a los docentes que nos compartieran una breve experiencia sobre las clases en línea o a distancia que han impartido durante esta Pandemia. Las experiencias fueron muy conmovedoras, pues entre tantas cosas que nos expresaron el sentir común fue; que necesitan más capacitación sobre herramientas tecnológicas, que la presión de los sistemas y directores de los planteles educativos fue bastante elevada, que además de cumplir con el horario laboral, debían ver a sus hijos que también estaban en casa y algunos agregaron que tenían que ver sus clases en línea de la Universidad. Pero la experiencia que más me impresionó, fue la de los docentes que nos compartieron que el desafío de la educación a distancia lo tuvieron con los alumnos que no tenían los recursos tecnológicos, pues no son docentes de colegios privados, sino de instituciones públicas, que considero que son los que realmente tuvieron el mayor desafío.
Esta experiencia de los docentes de áreas públicas que no cuentan con el recursos tecnológico, me hizo pensar en, ¿qué hubiera pasado si con esta Pandemia no hubiéramos contado con la tecnología?. Tal vez, hubiéramos resuelto como en el terremoto que sufrió Guatemala en el año de 1976. Simplemente se suspendieron clases.
Lo cierto del caso, es que el mundo no se está acabando y que esta Pandemia nos está enseñando a ser más humanos en todos los sentidos. A nivel educativo nos enseña a los maestros a que debemos estar a la vanguardia y así enseñar desde el contexto de nuestros alumnos, los docentes debemos estar actualizados. A los padres de familia a ser objetivos con sus exigencias hacia los docentes, y a los planteles educativos a no explotar a sus docentes, pues ellos son parte fundamental e irremplazable de la educación y eso no los exonera que fuera de la institución también tengan otros roles.
Es así que, lo que nos espera después de esta dura etapa de aislamiento a nivel mundial, es recuperar la parte humana que hemos perdido, que la tecnología y los sistemas educativos ya no nos limiten o nos obliguen a perder la humanidad que esta Pandemia nos está permitiendo retomar en todos los sentidos. Al final, las situaciones en el mundo no suceden por casualidad.