Humanizar la educación en línea

Por: Karla Castillo

«Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años»

Abraham Lincoln

Sin duda alguna, esta pandemia además de ser histórica, está dejando muchos aprendizajes, como valorar más a la familia y darle el lugar que le pertenece a la naturaleza, también a dejar por un lado otras que han dejado de tener sentido.

Por otro lado, ha golpeado de forma directa la salud, no solo en Guatemala, sino a nivel mundial. Lo cierto del caso, es que aunque las medidas que han sido tomadas en nuestro país buscan resguardar la salud, el aislamiento en nuestros hogares ha generado desequilibrio en la economía y en la educación. Lo que provoca ansiedad y frustración al tener que adaptarse y tomar decisiones que no favorecen del todo.

Como la educación pública de nuestro país, que ha tomado la difícil decisión de dejar la educación en manos de los padres de familia con guías de autoaprendizaje y programas educativos por televisión. Recientemente se habilitó un sitio Web de «Aprendo en casa» para los que tengan los medios para poder acceder. Pues las familias del sector público en su mayoría son de escasos recursos, y acceder a Internet o a una plataforma virtual, requiere de una inversión económica. Por lo tanto, decidir entre gastar el dinero en comida y alquiler, e invertir en la educación, pues, las necesidades básicas siempre serán una prioridad.

Aun así, el sector privado también se ha visto en dificultad, pues el trabajar en casa con niños y mil necesidades más, no ha hecho fácil el trabajo. Las exigencias de las empresas y colegios, el miedo a perder el trabajo, los padres de familia piensan no pagar colegiaturas, pues algunos fueron suspendidos o despedidos, los colegios están sobre exigiendo a los docentes con guías de trabajo muy elaboradas, el horario laboral se extendió, sin dejar a un lado que los docentes, padres de familia y alumnos, no tienen las competencias digitales para elaborar guías de trabajo. Y pensar que seguiremos al menos un mes más así (oficialmente, porque podría ser más tiempo) es realmente estresante.

Definitivamente no se estaba preparado para una situación así. Pero no justifica el que no se pueda preparar, pues aunque la vida nos lance al agua sin flotador, el instinto de sobrevivencia permite adaptarse y encontrar soluciones, metafóricamente hablando se aprende a nadar mucho más rápido con instintos de sobrevivencia.

Es por eso, que es necesario humanizar la educación en línea, tomando en cuenta las siguientes recomendaciones:

1. Evaluar la guía curricular. Adecuar los temas que permitan generar aprendizaje significativo y competencias desde las experiencias de los hogares. Algunos temas se volvieron obsoletos para la realidad que vivimos.

2. Disminuir la carga de mensajes en la plataforma, WhatsApp y correos electrónicos. Para eso, se sugiere trabajar de forma colaborativa con los docentes, a modo que se envíe un solo comunicado con las actividades de toda la semana. De tal forma, que ayude a anticipar a los padres de familia el trabajo a realizar y puedan organizar un horario con actividades y materiales en casa para toda la semana. .

3. Dejar de marcar «urgente» lo que es prioridad en las sesiones con los docentes y padres de familia. En otras palabras, no todos los comunicados son urgentes, pero sí importantes. La forma de transmitir los mensajes ayudará a disminuir la carga emocional pero no el trabajo. Por ejemplo; «El día de hoy en la reunión por Zoom, tocaremos aspectos que debemos tomar en cuenta para trabajar durante la semana». Mensajes como estos, permitirá a los docentes y padres de familia a sentirse en control con la información, les ayudará a asimilar el trabajo y a organizar prioridades y no urgencias. Pues la palabra «urgencia», muestra una connotación de peligro o alerta, por lo que utilizar vocabulario positivo ayudará al compromiso y motivación de los docentes y por consiguiente a padres de familia.

4. Siempre en la vía de comunicación, evitar saturar los medios con «sugerencias de actividades». Muchas de las recomendaciones que se envían suelen ser una carga visual, solo de ver los mensajes pendientes de leer genera ansiedad, estrés y desmotiva. Es así, que es recomendable crear un espacio que sirva como «banco de recursos», puede ser un grupo de WhatsApp o un espacio en la plataforma educativa, en donde el docente y padre de familia, pueda consultar todos los recursos virtuales y buenas prácticas que se comparten en la comunidad. Lo que permitirá disminuir la carga emocional y dará apertura a las sugerencias.

5. Capacitarse en el tema de competencia digital. Si bien sabemos que nadie se encontraba preparado para una situación como estas, surge la duda… ¿en qué no se estaba preparado? ¿en los contenidos? ¿con materiales? ¿con plataformas? ¿con recursos didácticos? ¿con qué realmente se tenía que estar preparado? Si se evalúa bien, realmente se cuenta con todo, lo que cambió fue la modalidad, y no conocerla nos generó estrés. Por eso es importante capacitarnos y adquirir las competencias digitales para transmitir y generar conocimientos por esta modalidad virtual. Con el conocimiento y las herramientas virtuales adecuadas, será mucho más fáciles adecuarse a esta situación que se vive.

Es así que, humanizar el proceso, será la mejor estrategia para obtener resultados. Pues la humanización es el aprendizaje más significativo que nos está dejando esta pandemia.

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